Navegando en la red me encontré con esté increíble artículo de Jesús Enrique Rosas Experto en lenguaje corporal y comunicación no verbal, donde nos revela las características que distinguen a una verdadera persona de poder.
1.- Entrecejo relajado. Cuando estás al mando no existe preocupación que pueda sacarte de tu centro ¿Cómo podrías entonces tener un entrecejo arrugado? Según Paul Ekman, las emociones positivas derivadas de la alegría y la tranquilidad permiten a estos músculos relajarse por completo. En cambio, si sentimos rabia, miedo, tristeza o sorpresa, el entrecejo se contrae de variadas formas.
2.- Contacto visual franco e interesado. Las personas que no tienen nada que perder no tienen reparo en ver directo a la cara. No le temen al rechazo a las miradas ajenas. ¿Y tú?
3.- Respiración constante en todo momento. El verdadero poder hace de la ofuscación un concepto olvidado; no hay nada que nos pueda irritar o afectar. Siempre respiraremos igual, aún cuando nos den malas noticias… pues tendremos la sangre y cabeza frías para buscar una solución de manera racional.
4.- Manos y dedos relajados. Olvídense de ls puños cerrados y las resultantes palmas sudorosas. Eviten las microcaricias de dedo a dedo, Y por sobre todas las cosas, ¡Mantengan el teléfono celular a raya! Estar siempre “pasando mensajes” es contraproducente para la imagen del líder.
5.- Talones pegados al piso, sin tamborilear. El movimiento de “alta frecuencia” que ostentan las personas nerviosas no sólo es molesto para los demás, sino que delata fallas en la concentración o graves ataques de ansiedad. Una persona que no puede controlar sus pataleos y tamborileos con pies, manos y dedos es una persona fácilmente seducible.
6.- Saluda a todos por igual: Un error gravísimo de las personas es “sólo saludar a quienes nos conviene”, lo cual es absurdo. Saluda a extraños como si los conocieras; Generalmente estas personas creerán que te han olvidado y, por cortesía, te saludarán igual. A los ojos del mundo, parecerá que conoces a mucha gente, condición clásica en una figura de poder.
7.- Nunca se toca la cara de manera casual. A menos que tengamos la cara apoyada en una mano en evidente postura analítica, nunca nos llevaremos las manos a la cara para rascarnos o tocarnos levemente; estos movimientos sólo se traducen en inseguridad.